Jorge Tabuenca Gómez
Sº General Unión Comarcal CCOO
Sin duda, y
después de leer al alcalde de Alcañiz en la entrevista del Periódico
de Aragón del día 13 de julio, hay que romper una lanza a favor de la
ciudadanía bajoaragonesa, en especial, la alcañizana. Nada tienen que ver la
gente de esta ciudad con la imagen paleta y pueblerina que el señor JC Gracia
Suso ha dado de ella en este artículo, a la vez, que carga con vehemencia contra
los ciudadanos que no admiten un detrimento de la calidad de la Sanidad
Pública.
No
sé en qué mundo vive, desconoce el sentimiento solidario y de justicia social
que mana de las calles, plataformas, sindicatos, mareas, asociaciones vecinales
y otros movimientos ciudadanos cuando se atreve a generalizar que “todos”
piensan como él. Afortunadamente, Alcañiz es conocida en todo el país por la respuesta
que sus gentes hacen contra la injusticia social y el ataque a los servicios
públicos y los derechos sociales que las políticas neoliberales han cargado
contra la población. Sólo cabe recordar el impacto nacional que obtuvo el cartel
de las fiestas del pasado año, con un lazo negro rodeando el hospital, que
ganó por votación popular y nuestro ”demócrata alcalde” lo anuló apoyándose en
extrañas arducias.
Parece
ser que el señor Suso defiende el modelo que nos ha llevado a esta crisis
ocasionada por la corrupción y el derroche, donde se proclama el defensor de
los contratos millonarios que construyen aeropuertos sin aviones con tal de
trasvasar el dinero público de las becas de comedor y los servicios sociales a
los planes de pensiones y las cuentas en Suiza de los adláteres del Gran
Capital. Una hipoteca más a las espaldas de la ciudadanía aragonesa,
importándole muy poco (nada) el sobrecoste de la obra con tal que el negocio se
haga en “mi pueblo”.
La
gente del Bajo Aragón necesita un nuevo hospital. Pero exige un centro
hospitalario público 100 %, con una construcción financiada públicamente, y una gestión y una asistencia sanitaria
pública. La sociedad española, en la que está incluida la bajoaragonesa, está
informada y es consciente de lo que significa una financiación pública/privada,
como el modelo del hospital de Alzira que después de rescatarlo se le volvió a
entregar a la misma empresa concesionaria con la gestión completa incluida.
También el modelo madrileño, que de una manera similar a Alcañiz, privatizó
todos los servicios no asistenciales y en una segunda fase intentó adjudicar la
gestión y la asistencia sanitaria a la empresa privada, donde la justicia junto
a la Marea Blanca consiguió frenar este “atraco”.
La
gente de Alcañiz sí que tiene miedo. Teme que su hospital se convierta en un
escándalo como los que protagonizan los compañeros de partido del señor
alcalde, los exconsejeros del Partido Popular, Güemes
y Lamela de Madrid y Manuel
Cervera del País Valenciano, imputados por delitos de cohecho y
prevaricación.
No
intenten engañarnos como a un pueblo palurdo donde un Mister Marshall va a
pasar por Alcañiz y ataremos los perros con longanizas. La “lluvia de millones”
no se quedarán en el Bajo Aragón, van directos a los activos del capital de la
empresa concesionaria, donde seguro las “puertas giratorias” están engrasándose
para la entrada de algún mediocre político que busca solucionarse la vida. La
creación de empleo será exactamente igual en el proceso de la construcción del
hospital, con financiación pública que con la privada. Y lo que se consigue
privatizando los servicios de la cocina, administración, esterilización,
celadores, etc … es que se precarice más aún el empleo en nuestras comarcas y
acabar con la ilusión de las personas inscritas en las bolsas del Salud y de
las que se están formando para trabajar en la mayor empresa de Alcañiz, el
Hospital Comarcal, y optarán por buscar su futuro en otro lugar donde sus
condiciones laborales no estén sujetas a la presión de los, bien pagados,
ejecutivos de la empresa adjudicataria.
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